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La cantidad recolectada en la cosecha de 2019 en la Denominación de Origen Calificada Rioja se situaría en torno a 385 millones de kg de uva (187 millones de kilos habrían entrado en bodega en la zona de Rioja Alta, 109 en Rioja Oriental y 89 en Rioja Alavesa) de los que 342 serían de uva tinta y 43 de uva blanca.  Desde el Consejo esperan que esta añada sea de gran calidad.

La conclusión que muestra este cierre de vendimia 2019 en la Denominación de Origen Calificada Rioja es un menor vigor en el viñedo, que se traduce en una cosecha más moderada, condicionada por racimos menos compactos y uvas de menor tamaño, todo ello, clave a la hora de garantizar la máxima calidad, manifiestan desde el Consejo Regulador.

Esta alineación de factores, junto con el sobresaliente estado sanitario, posible por las extraordinarias condiciones meteorologías tenidas a lo largo de la vendimia y muy especialmente durante el mes de octubre, “haría de esta añada algo único y aunque aún es pronto para avanzar resultados, tenemos grandes esperanzas en la cosecha que podría ser recordada como un año memorable para la historia del vino de Rioja” resume Pablo Franco, director del Órgano de Control de la Denominación.

Se subraya, también, el comportamiento escalonado entre las tres zonas de producción, permitiendo llegar a los ciclos de maduración sin solapamientos: “se ha vendimiado en cada zona conforme a los tiempos que le corresponde en el escalado de una vendimia típica, facilitando así la selección y la entrada de uva en las bodegas”, aclara Franco.

El buen estado vegetativo del viñedo ha sido clave para lograr alcanzar estos resultados y el importante esfuerzo que han realizado los 14.800 viticultores y 600 bodegas de la Denominación, además del operativo de más de 200 técnicos y auxiliares de vendimia que trabajan en el Consejo Regulador: “el tesón se traduce en una sensación de optimismo y de trabajo bien hecho y a pesar de haber sido una temporada compleja, no hemos sufrido contratiempos climatológicos importantes, lo que ha permitido lograr ese momento óptimo para la recogida”.

En cuanto a los vinos elaborados, “las primeras impresiones sobre la calidad son muy esperanzadoras”. “Las lluvias se dieron justo en los momentos óptimos y las condiciones vegetativas han sido extraordinarias durante todo el año lo que, sin duda, podrá permitir obtener vinos equilibrados con gran intensidad aromática y muy buena extracción de color”.

Los primeros descubes muestran, una vez más, una estructura notable, típica de los vinos más tradicionales de Rioja: “la buena estructura que presentan junto con su buenísima definición aromática contribuyen a pensar en que son vinos con un buen potencial para envejecer por lo que podemos afirmar que los vinos de este año prometen” subrayan desde el órgano de Control que, en especial, destacan el equilibrio entre ph, acidez y alcohol, a pesar de que los últimos días de vendimia, por las altas temperaturas, la maduración acelerara y remontara algo el grado alcohólico.

No hay duda de que, según los indicios vistos en el viñedo y a su vez lo que los primeros descubes nos están descubriendo, la cosecha 2019 podría ser ‘LA cosecha’. Una añada que reflejará la verdadera maestría en el manejo de los tiempos por parte de los viticultores y bodegueros, manifiesta Franco

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